Nunca discuta con un tonto, los que miran pueden no notar la diferencia

miércoles, 24 de noviembre de 2021

El berrero

 El berrero

José Larralde

 

Se llamaba quien lo sabe y de saberlo es igual

Se llamaba quien lo sabe y de saberlo es igual

Solía andar haciendo noche a la orilla del canal

O al pie del embarcadero aguantando el temporal

Solía bajar de la sierra de Tornquist o Saldungaray

Con el lomo bien redondo de yuyitos de por ahí

Pa' l daño la culebrilla o el grano que no se caí

Pa' los dedos con uñero, traía el palampalal

Pa' los dedos con uñero, traía el palampalal

Pero el mejor de los yuyos que aguas abajo se van

Es un berro parejito del arroyo crumalal.

Pa' unos era el berrero, pa' otros croto nomás

Que a veces el mal agüero solía curanderiar

Y más de alguna empachada alguna vez lo fue a hablar

En aquellos años negros de los que yo puedo hablar

Diez centavos de cogote eran pa' echarse a bailar

Y el que no tenía trabajo tenía piojo pa' rifar

Hambre lindo era aquel hambre que no dejaba pensar

Uno diva pa' adelante y siempre quedaba atrás

Hambre lindo era aquel hambre y hace poquito nomás

Berrito a cinco el atado pa' medio Brasil alcanza

Del mostrador a un costao pa' no tapar la balanza

Pasaba el día sentado gorgoriándole la panza.

Cuando llegaba el invierno dende Saavedra o Pigüe

Cuando llegaba el invierno dende Saavedra o Pigüe

Echaba el mono en un carga de esos que ya no se ven 

Un salamín y una toro, Ah jua pucha y metalé.

Salía de ajuera pa' adentro por la vía espartillar

Salía de ajuera pa' adentro por la vía espartillar

A veces pasaba un tiempo por Cascada o más acá

O en el puente la ventura braziando un bagre al azar.

Los trenes son de nosotros y los caldenes también

Los trenes son de nosotros y los caldenes también

A veces tiraban leña los fogoneros del tren

Pa' que calienten las patas los del sur de Huanguelén

Nunca 'e nombrau' a mi pago ahora sí que lo nombré

Nunca 'e nombrau' a mi pago ahora sí que lo nombré

Tanto amagarle un halago y al final me le animé

Por la leña que tiraban los fogoneros del tren.

 

José Teodoro Larralde Saad, nació el 22 de octubre de 1937 en Huanguelén en el sur de la provincia de Buenos Aires.

Sus antepasados son vascos y sirio-libanés, y él es quizás el prototipo del cantor popular sureño (o surero). Para nuestros amigos españoles: es como si Camarón de la Isla hubiera tenido una abuela sueca y un abuelo pakistaní. Así de maravillosa es la cultura argentina.

Tiene muchísimas canciones, “El Berrero” no es la más famosa, pero a mí me parece muy bella.

https://www.youtube.com/watch?v=amWPziiuOAY

Como la letra dice cosas que creo se están perdiendo de la memoria, permítanme que les cuente de qué habla.

 


Cuenta de un paisano que andaba por la zona donde él nació y creció. En el mapa hice un camino que va desde Saldungaray a Huanguelen (no sé porqué Google Maps le llama Hanguelen), pasando por Tornquist, Saavedra, Pigüé, Espartillar, Cura Malal y Cascada .

De Saldungaray a Tornquist se pasa por la Sierra de la Ventana, una de las pocas sierras en la Pampa, y desde allí es todo plano. Muchos lugares mencionados son caseríos de 2 a 4 casas, que quedaron, como cuentas de un rosario, a lo largo de las vías de los ferrocarriles. Larralde nació en el 37, y allá por el 60 empezó un cierre de servicios de ferrocarril, dejando a esos pueblitos congelados en el tiempo y deshabitados.

El Berrero recolectaba yuyos y plantas mientras recorría la zona. Muchos lo llamaban “croto”. Los crotos eran personas sin hogar fijo y mal vestidas. Se les llamaba así por José Camilo Crotto, que fue gobernador de Buenos Aires. Durante su gobierno sancionó el Decreto 3/1920 que autorizaba y permitía a los peones rurales a viajar gratis en los trenes cargueros, a los que comenzó a llamarse "crotos".

Asi como el Martin Fierro cuenta la historia de un tipo de gaucho nómade que estaba desapareciendo ante el crecimiento de la agricultura y la adopción del alambrado y molino de viento, esta canción cuenta el fin de una población de peones rurales que trabajaban en campos al ritmo de las tareas de la estación. Mi madre, nacida en el 36, me cuenta que en su infancia ella vio galpones donde se servía almuerzo para cientos de trabajadores que habían venido para la cosecha o la trilla. Algunos de estos trabajadores, que se movían en trenes de carga principalmente, llevaban una vida seminómade, y dentro de estos, nuestro berrero iba juntando plantas.

La culebrilla es el herpes zoster, una afección vírica de la piel, dolorosa y reincidente, para lo que no había remedio conocido, así que abundaban los remedios caseros. El grano que no se caí es el grano que no termina de evolucionar. No había antibióticos en esa época, así que los granos en la cara eran una plaga, Mi madre me dijo que adoptó una dieta especial para que no le salieran granos en la cara cuando fue su casamiento.

El uñero son las uñas encarnadas, una inflamación del tejido debajo de la uña, generalmente una infección. Doloroso y molesto, tampoco había remedio conocido, así que había yuyos recomendados para tratarlo (el Palan Palan es la Nicotiana glauca, para los amigos de Linneo).

Y el Berro, que le dio su nombre al protagonista, una plantita muy simpática que se come en ensalada. Como nace salvaje en arroyos a algunos les parece que podría estar contaminada con materia fecal, y eso la ha hecho casi desaparecer de la mesa actual. Me parece que la Escherichia coli  no preocupaba mucho a los gauchos de la mitad del siglo pasado.

El mal agüero y el empacho eran enfermedades difusas. Hoy decimos”debe ser un virus que me dio mareo y fiebre”, en ese entonces sospechaban del mal agüero. Una indigestión era un empacho. Estas enfermedades eran tratadas por curanderos y nuestro recolector de medicinas tradicionales también ejercía de farmacéutico.

No sé muy bien cuales son aquellos años negros, pero desde el 37 pasamos por crisis repetidamente: el último periodo del peronismo, la revolución que lo volteó, la crisis que debió capear Frondizi, o la de Illia. A la luz de nuestra situación actual, el periodo del 39 al 75 fueron años dorados, pero en esa época, que aun guardaban recuerdos de antes de la primera guerra mundial o del periodo entre guerras  (pre-crisis del 29), eran vistos como años negros. En el campo bonaerense, la economía agrícola estaba en franca caída y la creciente mecanización de las labores de agricultura habia dejado sin trabajo a muchos trabajadores rurales el berrero y, seguramente, la familia de Larralde, no lo vivían como periodos de auge y felicidad.

Hambre lindo…Lo que se producía en esa zona: Trigo, Cebada, ganado vacuno, ganado lanar se pagaba cada vez menos y ese territorio se fue despoblando. El cogote es un corte muy barato de la vaca, duro y que sirve para hacerlo en un guiso o hervido largamente, pero en ese momento sería un manjar accesible para los que tenían sólo 5 centavos.

Los Brasil eran una marca de cigarrillos muy baratos, quizás se hayan vendido de a medio paquete en almacenes y pulperías del campo.

 


Los supermercados de la zona eran los almacenes de ramos generales, pero que también funcionaban como sitio de encuentro de trabajadores y empleadores. Tenían una balanza, y un mostrador, y cuando nuestro berrero se arrimaba, alguien le habrá dicho que se pusiera a un costado para no tapar la balanza.

Echaba el mono en un carga de esos que ya no se ven.

Al atado de ropa con el que viajaban los peones migrantes le decían “el mono” . Haciendo uso del decreto de Crotto, el Berrero seguía viajando en trenes cargueros. Por esa zona hay dos líneas de ferrocarril. El tren, a partir del 1890, había significado el progreso y la riqueza. En el 48 Perón había nacionalizado los ferrocarriles. Esta nacionalización fue presentada como un orgullo nacional ”Por fin los ferrocarriles son de nosotros” En realidad habían dejado de ser un negocio, para pasar a ser una necesidad de la vida que se hacía, como el agua corriente en las ciudades.

 


Para el viaje se conseguía un salamín, y una botella de vino "Toro".
Los trenes eran a vapor y quemaban leña. En esa zona parece que la leña usada era Caldén. Los Caldenes eran silvestres  y, si bien no había mucho, eran vistos como bienes comunales, algo así como los arroyos. Los guardas del tren cada tanto les daban unas leñas a los crotos para que se calienten en el viaje. Para Don José, la leña que daban los guardas restituía algo de la justicia perdida cuando los bienes de todos quedaron en manos de los ricos.



1 comentario:

  1. Gracias por la explicación... vengo de un video de ricardo iorio que dice "intuyo al berrero" todavía no me queda muy claro si se refiere a este personaje o que

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