Nunca discuta con un tonto, los que miran pueden no notar la diferencia

domingo, 20 de septiembre de 2015

Los godos de Arturo

El tratamiento del tema es clásico: Un europeo avisando que hay bárbaros en las puertas, como si la Roma del siglo 4 tuviera muchos puntos en común con la Europa de hoy.
Y, también clásico, asocia la inevitable derrota Europea a cierto defecto moral, Edward Gibbon ataca de nuevo.

Por supuesto la inmigración en Europa no es un juego de suma cero: no vienen los inmigrantes a llevarse un pedacito del estado de bienestar, mal que le pese a los xenófobos y a los progresistas ingenuos. Y la magnitud de la inmigración no es inmanejable, muchos más europeos cruzaban el charco durante el siglo 19 y 20 para llegar a regiones en las que casi equiparaban la población nativa. 
Por ejemplo, en 1914 el 30% de la población de Buenos Aires era nacida en el extranjero

Voy a centrarme un rato en los inmigrantes que vienen de los Balcanes, pues una parte importante de los que están llegando a Europa son de ese origen y porque no están huyendo de una guerra.
Cuando en el 2007 Grecia entró en una crisis profunda, luego de haber realizado una integración con Europa muy arriesgada y poco previsora, todos los países de los Balcanes cayeron en un problema serio. Estos países quizás no tuvieron una caída tan espectacular del PBI como Grecia, y no tuvieron el beneficio de los reflectores mostrando que pasaba, pero el estancamiento del PBI desde esa fecha en Albania, Bulgaria, Macedonia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Rumania y Croacia, muestran que toda esa región quedó al garete.

Mientras tanto, desde esa fecha, Europa no sale de un frenate que va camino a ser crónico, con perspectiva de crecimiento anémica o inexistente. Podría Europa hacer una salida de su atasco convirtiendo esa región, de semi rural a desarrollada, con un mini plan Marshall invirtiendo en infraestructura y fábricas en esas regiones: Reducciones impositivas a las empresas europeas que inviertan en esas zonas, status comercial preferido para productos provenientes de esas regiones, en particular industriales, inversión directa en R&D de organismos europeos en esas regiones. Todo esto sería a la vez una enorme ayuda al desarrollo de esas regiones y una posibilidad de inversiones productivas a una situación de estancamiento económico.

En los tiempos que corren, la capacidad de producción se ha deslocalizado, pues ya no requiere de una generación de artesanos para realizar la misma. Un tiempo atrás sólo se podían hacer autos, relojes o vino en ciertas regiones del planeta, ahora alcanza con que haya una fábrica que será igual a las que hay en Suiza, Italia o Inglaterra.

Al hacerlo, habría que diseñar mecanismo para evitar otra ronda de expoliación al estilo neocolonial, como Alemania creciendo a costa de sus vecinos, o España en Latinoamérica. Creo que un mecanismo que obligue a las empresas a asociarse a empresas locales y que estas deban hacerse públicas (cotizando en bolsa) para recibir las ayudas y subsidios podría servir.
Las naciones mencionadas tienen un fuerte déficit de infraestructura, y serían para las empresas constructoras y proveedoras de equipamiento una bonanza

Complementario a esto es recibir inmigrantes en cantidad para ocuparse de tareas que los Europeos, pocos, viejos y ricos no desean hacer. Esto no es nuevo, lo hizo a mares Alemania y Suiza con italianos y españoles en los 50/60. La experiencia muestra que el flujo de inmigrantes establece relaciones entre el país receptor y el emisor que exceden esa generación y el trabajo poco calificado. Digamos, las futuras fábricas de cerramientos en Bulgaria tienen probabilidades de usar tecnología nacida en Alemania, si el inmigrante trabajaba una fábrica alemana de cerramientos.


Nos vemos en Tirana, amor mío