Qué trabajos nos manda el Señor

En un estudio privado publicado por Ámbito Financiero se indica que en un muestreo de 3100 casos entre empleados el 82% está disconforme con su trabajo.

El 82 por ciento de los argentinos no es feliz con el empleo que tiene y la insatisfacción viene aumentando en forma paulatina en los últimos años.

Así surge de un sondeo realizado por Trabajando.com a 3.100 personas de entre 20 y 45 años, según el cual sólo al 18 por ciento de los encuestados le gusta su trabajo, algunos porque querían desempeñarse en eso, y otros simplemente porque les encanta lo que hacen.

Hace algunos años me asombró que los colegas alemanes de la empresa en la que trabajaba no consideraban que sus jefes fueran unos incompetentes o directamente malas personas. 

Les parecía bien que fueran sus jefes, ya que tenían méritos y hacían bien su trabajo.

El sentimiento unánime que encuentro en Argentina es que los jefes se merecen un motín, o que los echen.

El estudio que menciono parece confirmar esa sensación.

Es mi opinión que la validez estadística de un estudio del que sabemos tan poco es dudosa. 

Por ejemplo, nada sabemos de las intenciones del que pagó el estudio (¿deseaban convencer a sus clientes de la importancia del asesoramiento experto que ellos brindan?) ni del universo encuestado (qué empleos, en cuál tipo de empresas, que se dedican a tal actividad). Así que propongo tomarlo como una señal a estudiar.

Si las conclusiones a las que arriba fueran efectivamente el sentimiento de esa gente podría ser el caso de que estemos en problemas serios.

Serio porque ilustra la gran brecha entre los resultados que la sociedad obtiene y las expectativas que los agentes tienen. Todos (82%) hacemos en nuestro trabajo un esfuerzo desproporcionado con la paga, material o simbólica, que obtenemos.

Esto es ineficiente, ya que todos estamos haciendo cosas que no nos gustan, posiblemente desanimados y seguramente sin compromiso con los resultados.

Y es ineficaz, porque los resultados son peores que los que tendríamos  si hiciéramos aquellas cosas que haríamos aun si no nos pagaran para hacerlo.

Y es serio porque no parece ser un tema dentro de  la agenda pública. Y creo que debería ser parte de la misma. Consideremos que pasamos en nuestro trabajo más que un tercio del día, por lo que estar disconforme con nuestro trabajo es estar disconforme con una parte importante de nuestra vida. Y eso es la materia de la política, la vida de todos nosotros.

Es tentador y equivocado asumir rápidamente que esto pasa porque somos pobres, o desorganizados, o porque hemos sido ocupados por una casta de jefes malévolos.

En principio, no sabríamos que pasa.  

Pero como no está siendo discutido, tampoco sabemos si, en realidad, no significa nada. Todas las personas todo el tiempo desean hacer otra cosa que la que hacen. Que así es la angustia del deseo.

A mí me parece que esto debería ser estudiado con herramientas de la economía del comportamiento (Behavioral economics). Quizás ya fue estudiado, y algún lector amable nos ilustre con un par de referencias pertinentes.

Tengo la impresión que gran parte de la falta se satisfacción en el trabajo obedece a mal diseño de los puestos de trabajo, a cumplir determinados ritos que no añaden valor, a esperar que la satisfacción en el trabajo sea un subproducto de tener empleo.

Y que sería muy efectiva, en términos de la felicidad del pueblo, la eliminación de esas zancadillas, de esas trabas menores, y el diseño consciente de puestos de trabajos satisfactorios.   

Las tierras raras santiagueñas

Cualquier cosa es posible si usted no sabe de qué está hablando. 

Leyes de la vida, de “las Leyes de Murphy”

Las tierras raras lo son de un modo particular. No son tierras, son metales, y no son raras, son bastante abundantes en la corteza terrestre.

Los lantánidos, de ellos hablamos, se vienen convirtiendo desde hace unos años en un material estratégico.

Acá hay un comentario escogido al azar:

A nivel tecnológico, y en pleno siglo 21, los metales de las denominadas tierras raras tienen un papel muy importante. Sin ellos, no tendríamos teléfonos móviles, tampoco funcionarían muchos coches híbridos e incluso nos quedaríamos sin muchas armas de precisión. China ha tomado conciencia de ello, y resulta que la mayoría de las minas que tienen metales de las tierras raras se encuentran en su territorio, y está dispuesta a tomar pleno control de las mismas.

Según he podido encontrar en un diario de Reino Unido, el Telegraph, China, a través de su Ministerio de Industria y Tecnología de la Información está evaluando una prohibición total de las exportaciones de terbio, disprosio, itrio, tulio, y Lutecio – y pueden restringir las ventas al exterior de otros metales de las tierras raras

y si prefieren una cita mas prestigiosa:

Can the U.S. Rare-Earth Industry Rebound?

The U.S. has plenty of the metals that are critical to many green-energy technologies, but engineering and R&D expertise have moved overseas.

Lo que pasó en USA es bien interesante: cuando uno transfiere afuera (outsource) una capacidad productiva, a veces descubre que se volvió dependiente del proveedor.

Pero esto no sólo afecta a los hermanos del norte: también a todos los países desarrollados:

German Industry Feels Rare-Earth Metals Squeeze

Worries over a bottleneck in rare-earth metals from China, which are needed in the production of high-tech equipment, have dominated a conference on raw materials in Berlin this week. Beijing says export quotas are almost filled for the year. German Economics Minister Rainer Brüderle has called for more recycling and greater cooperation between the EU and the US to fill the gap.

German Economics Minister Rainer Brüderle told industrial and financial heads in Berlin on Tuesday that Chinese restrictions on rare-earth metal exports have started to weigh on the German economy.

Es interesante que en la Argentina, además de todos los climas, tenemos yacimientos conocidos de tierras raras. Digamos mejor, tenemos científicos que buscaron y con suerte (Chance favors the prepared mind) encontraron Lantánidos.

Descubren un gran yacimiento de minerales de alto valor tecnológico

Se los denomina tierras raras; el costo del kilogramo puede superar el valor del oro. Lo localizaron geólogos del Conicet (Argentina).

(La Nación) - Quien camine por el monte denso y espinoso de la Sierra de Sumampa, ubicada al sudoeste de la provincia de Santiago del Estero, Argentina, podría estar pisando minerales cuyo valor en el mercado puede llegar a los 7000 dólares por kilo.

Se trata de los "elementos de tierras raras livianas" (ETRL), sustancias que, como su nombre indica, se encuentran en muy pocos lugares del mundo, y que se emplean en numerosas aplicaciones de alta tecnología, como láseres, imanes y lentes especiales.

Geólogos del Conicet (Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) acaban de descubrir precisamente en esa zona lo que podría conformar el yacimiento más importante del país de rocas carbonatíticas de minerales poco comunes, que contienen los ETRL, y el segundo de América latina, después de Brasil.

Todo comenzó hace cinco años, cuando científicos argentinos y extranjeros decidieron recorrer un antiguo yacimiento de minerales comunes ubicado 1,5 km al sudoeste del paraje Jasimampa.

También por la misma clase de suerte, la comisión de energía atómica (CNEA) podría tener algo que decir en esto.

La CNEA hace minería de Uranio, que es otro producto, por decirlo suave, molesto. No por radioactivo, en estado natural no lo es mucho, si no porque es muy venenoso.

La misma organización desarrolló hace años , la tecnología de enriquecimento de Uranio para fabricación de combustible. El enriquecimiento de Uranio plantea un problema parecido a la separación de metales o sus óxidos en los Lantánidos. Sustancias muy parecidas entre sí que deben ser separadas.

En este paper, elegido al tuntun, ilustra semejanzas entre las tecnologías

Titre du document / Document title

Separation of rare earth elements by high-seed counter-current chromatography

Auteur(s) / Author(s)

KITAZUME E. ; BHATNAGAR M. ; ITO Y. ;

Affiliation(s) du ou des auteurs / Author(s) Affiliation(s)

NIH, national heart lung blood inst., lab. biophysical chemistry, Bethesda MD 20892, ETATS-UNIS

Résumé / Abstract

In this paper, the rare earth elements have been separated using a high-speed counter-current chromatography (HSCCC) centrifuge equipped with three multilayer coils connected in series. Two-phase solvent systems were composed of n-heptane containing di-(2-ethylhexyl)phosphoric acid (stationary phase) and dilute hydrochloric acid (mobile phase) where the partition coefficient of each can be optimized by selecting the proper hydrochloric acid concentration

Revue / Journal Title

Journal of chromatography    ISSN  0021-9673   CODEN JOCRAM 

O bien en este otro:

Separation of rare earth elements by gas chromatography of their chlorides

T.S. Zvarova^a and I. Zvara^a

^aJoint Institute for Nuclear Research, Laboratory of Nuclear Reactions, Dubna U.S.S.R.

Received 5 August 1969.  

Available online 6 November 2001. 

Abstract

Gas-solid chromatography separations of lanthanide chlorides were carried out on the glass capillary columns at 250° using aluminium trichloride vapours (40–170 mm Hg) as a component of the carrier gas. AlCl₃ forms volatile complexes with rare earth chlorides, and at the same time, modifies the surface of the column.

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Journal of Chromatography A Volume 44, 1969, Pages 604-608

Hay una oportunidad para aplicar tecnología nuclear a la metalurgia de las tierras raras.

Nuestro vecino el gigante amigo, tiene reservas comprobadas de tierras raras bastante mayores que las nuestras, así que una asociación donde Argentina pone la tecnología que puso a punto en nuestro país y ellos sus yacimientos puede ser un buen negocio.

Esta oportunidad no ha pasado totalmente desapercibida:

Bolland Minera encargó una investigación por las tierras raras

Los investigadores repiten que se trata de estudios preliminares. Las muestras serán analizadas en La Plata y en Canadá. Los resultados estarían dentro de tres a seis meses. Desde hace diez días y por espacio de otros diez más, miembros del Instituto de Recursos Mineros (Inremi) de la ciudad de La Plata realizan una investigación geológica por encargo de la empresa Bolland Minera SA -con la cual tienen firmados convenios de reciprocidad-, para determinar si existen tierras raras. La nueva búsqueda se realiza en unos campos vecinos a los denunciados por Héctor Emilio Gonella, un empresario cordobés, donde el Dr. Raúl Lira, de la Universidad Nacional de Córdoba, ya determinó la presencia de estos metales muy escasos en el mundo y cuya aplicación en manufacturas tecnológicas los convierten en materiales estratégicos más caros que el oro. El jefe de la expedición, el Dr. Abel Schalamuk, explicó que se trabaja con métodos geofísicos, para determinar las características geológicas de la zona y extraer material que luego será analizado en laboratorios propios y otros de Canadá.

Las minas están en el ojo de una tormenta mediática.

En los pagos del mistol, ni soja ni minería

Argentina - Santiago del Estero

LUNES 19 DE JULIO DE 2010 13:43

La Unión de Asambleas Ciudadanas realizará su 13º Encuentro en agosto en Santiago del Estero. Se trata del encuentro de organizaciones más importante en nuestro país sobre problemáticas de biodiversidad y conflictos territoriales. En la provincia santiagueña gobernada por el kirchnerista Gerardo Zamora, a la expansión de la soja ya se han sumado proyectos mineros, plantas de biocombustible y hasta el cuestionado Rally Dakar.

“en los pagos del mistol…”…Salvemos a las ballenas, que no vemos, antes que salvar de la miseria a miles, esos que tenemos al lado.

Creo que la CNEA está en mejor posición que Bolland de explicar que no se contaminará, que se usará la mejor tecnología del mundo, y de que los resultados serán repartidos entre todos, pues es una empresa del estado.

No sé si la la tecnología es aplicable, ni sé si los costos dan, ni muchas más cosas. Pero se me ocurren estas cosas, uno los puntos y las digo. Quizás alguien con mayor capacidad pueda hacer algo.

Desde acá, nuestro deseo de éxito